Viaje al norte de la India 4a parte

9:00


A las 5h habíamos quedado en la puerta del hotel con Moin para que nos llevara a las estación

Flipamos, dicen que Nueva York es la ciudad que nunca duerme, pero juraría que en Jaipur había más vida incluso de noche que durante el día

La estación de tren era un hervidero de gente, nos quedamos mirando a todas partes pensando, dónde iba tanta gente a esas horas

Quizás, ellos pensaron lo mismo de nosotras

(No hay fotos de estas horas, porque todo el mundo estaba tan y tan pendiente de nosotras, que me intimidaba sacar la cámara)

Para entrar a la estación, en cuyo hall tenías dificultades para caminar de tantísima gente que había tirada durmiendo por el suelo, te obligaban a que pasaras tus mochilas por el "escánner"

Digamos que en la India las colas no son en línea recta, y cualquier entrada se convierte en una marabunta de tonto el último, por lo que entrar tú a la vez que tus cosas, era imposible

Si no llevas nada... bueno, pero en esa mochila llevaba cámara y ordenador. Yo, que hasta me llevaba la mochila al lavabo

Sudores

Como un reloj llegó nuestro tren y nos dispusimos a buscar nuestro vagón. En la India los vagones van numerados, bueno no todos… los de clases más sencillas como dije, van incluso de pie y en vagones con ventanas con barrotes, parecen cárceles

En la misma puerta del vagón pegan una hoja donde pone el nombre de los pasajeros, y esa hoja, la van cambiando en las estaciones principales donde para y hay más subida y bajada de gente

Todo muy manual

En fin, hacía un par de semanas que había comprado los billetes, desde mi total ignorancia de cómo era el servicio ferroviario indio, así que no tenía muy claro que tipo de tren era el nuestro. Miedo

Ya lo veía, era un sleeper class, literas y cortinas andantes. Buf, solo pensaba en cucarachas


Pero no sé todavía porqué razón, la gente que se subía parecía de clase media bien, así que no tuvimos la sensación de aquel primer día, aunque aún así, yo iba muy a la expectativa

Las literas muchas estaban abiertas y por allí habían sabanas y mantas ya utilizadas, y por supuesto, no iba a ponerme en una de ellas. Pobre pero delicada

Así que preferimos pasar las siguientes 5 horas sentadas, todo y que luego vimos, que cada vagón dispone de un chico “botones” que te daba sábanas limpias envueltas en papel kraft

Por suerte en nuestro “habitáculo” se sentó un chico muy parlanchín y majo y poco después, llegó una familia. Así que íbamos bien acompañadas

Todo el trayecto lo pasamos durmiendo sentadas, 5 horas, solo siendo interrumpidas por el continuo mercadillo andante que por allí había instalado


Casi a las 11h, llegábamos a Agra

De todo el mundo con quien había hablado, me había dicho cosas malas de esta ciudad, así que ya no sabía que iba a pasar al bajar del tren

Fue poner un pie para bajar del tren y en seguida se nos agenció un conductor, que parecía nos estaba esperando a la puerta del vagón

En este tiempo he pensado que dentro del tren debe haber algún "chivato" dentro del tren que avisa de los turistas que viajan dentro, porque sino, no lo entiendo

Nos vendió la moto que ir en taxi era muy caro y que en rickshaw era más barato. Nos hacía el “mega” precio de 300 rupias

Así que empezaba la siguiente prueba, super cargadas con nuestras mochilas en nuestro primer paseo en una mini moto, nuestra primera vez

En una ciudad que no conoces, pues dices a todo que sí porque no conoces más opciones

Y como siempre, todos te dicen lo mismo, que solo quieren que tú estés bien, que miran por ti, que amigos... y te enseñan su libreta de "recomendaciones" hechas por sus clientes/amigos españoles

Porque sí, parece ser que todos tienen amigos del alma españoles

El hotel que había reservado era el Dolphin Inn, a tan solo 1 km del Taj Mahal, así que optamos por descansar un poco y hacer tiempo hasta la hora de comer, ya que no habíamos ni desayunado todavía y hacía muchas horas que danzábamos

Solo entrar a la habitación pensamos Guay, parece estar bien, pero... las sábanas del hotel eran muy sospechosas, y la limpieza… alternativa, dejémoslo así


Por suerte y como no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar en los alojamientos de este gran país, traíamos desde España unos sacos de dormir muy pequeñitos, por si nos daba mucho repelús dormir directamente en las sábanas

Cuántas veces durante esos días nos hemos acordado de la decisión tan acertada que tomamos

Dejando a parte el tema sábanas, el olor en la habitación era tremendo, y después de dar muchas vueltas por la habitación, concluí que era debido a las dos alfombras que había en el suelo

Me paré y pensé, no pienses, no huele, no pasa nada, son solo 4 días, pero enseguida la cabeza se me iba y me decía no no no, no puedo estar aquí 4 días con este olor

Mi hermana me convenció que no era plan, viendo nuestras pocas alternativas, de empezar con mal pie y que no podía decirles directamente que todo estaba muy guarro

Así que pensé una excusa

Decidí inventarme que era alérgica al polvo que desprendían las alfombras. Soy buena, ¿eh? aunque no tengo muy claro supieran que es una alergia

El caso es que coló y se las llevaron, acabándose así ese tremendo olor

Después de nuestras aventuras con la limpieza, era hora de comer, había estado mirando en TripAdvisor a qué restaurantes ir y el Pinch of Spice pintaba bien, así que en el hotel nos arreglaron un rickshaw por tan solo 30 rupias

Un buffet libre, al estilo indi y con naan recién hecho (pan indio), de lo mejor de la India

Después de comer decidimos dar un “paseo” por la orilla de la carretera, hubiera sido genial hacer algo diferente y no caminar por allí, pero describir como son allí las calles y campos es imposible, es algo que hay que ver y vivir

Así que sorteamos vacas, coches, millones de motos, rickshaws y conductores agobiantes que a cada paso nos paraban para ofrecernos sus servicios…

Concluimos muy pronto el paseo y preferimos dejar la “exploración” para el día siguiente

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