Mis vacaciones de verano en un workcamp
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Muchas veces te apetece irte fuera a aprender inglés, a trabajar, a vivir una experiencia, o simplemente escaparte unas semanas.
Pero siempre hay un problema común, el dinero. Y es que todo cuesta muchísimo y no está el horno para bollos.
Cuando yo era jovencita no había tanta oferta como ahora, y si la había, los canales hasta llegar a ellas eran inexistentes o muy complicados.
Mi primer workcamp fue con 31 años y fue en Austria, en el 2009. Lo hice porque me apetecía vivir una experiencia diferente, practicar mi inglés casi inexistente y para escapar un poco de todo.
Aquel año iba a ciegas, no sabía exactamente que era, no conocía nadie que lo hubiera hecho antes... me iba 2 semanas, sola, a un pueblo que me me era imposible pronunciar y con gente a la que no había visto en la vida. Y sobre todo, con mi inglés de instituto, el que hacía 13 años que no estudiaba.
El último día me fui de aquel lugar con un berrinche alucinante, estuve llorando de pena hasta que llegué a casa.
Fue una experiencia tan increíble, que al año siguiente no me quedó otro remedio que repetir, esta vez en Italia.
Creí que me equivocaba haciendo otro, que no podría ser mejor que en Austria, pero me equivocaba, Sabbioneta fue inolvidable.
El último que pude hacer antes de que me dijeran eres demasiado mayor ya para workcamps, fue en Cinque Terre. Y fue la guinda a 3 años que han sido inolvidables para mí.
Fueron increíbles, me lo pasé genial, la gente siempre fue majísima, hice buenos amig@s, me solté con el inglés... y sobre todo, durante el tiempo que duraba estaba en un estado de felicidad constante.
Después de todas las obligaciones anuales, no tenía que preocuparme por nada, sólo de trabajar unas horillas y el resto pasármelo en grande.
Como los vecinos del pueblo te paran para darte las gracias por lo que estás haciendo, como te invitan a sus casas y te ofrecen todo lo que tienen... es muy difícil de explicar todo lo que sientes.
Cuando explicaba que pasaba mis vacaciones trabajando, mucha gente me tomaba por loca, lo que ellos no saben es que por ese trabajo que realizaba, recibía muchísimo más de lo que yo aportaba.
Si os digo que si me dan a escoger entre un workcamp e irme a Nueva York, elegiría hacer un workcamp, y prometo no bromeo.
Tengo muchas fotos y aunque hace ya mucho de mi último campo, tengo ganas de recordar y rebuscar entre mis notas e imágenes.
¿Habéis hecho alguno?
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