Diario de viaje a Maldivas - día 2

9:00


No tenía sueño, estaba tan excitada pensando en la playa que teníamos delante de nuestra villa, que solo pensaba en dormir deprisa para que amaneciera lo antes posible y meterme en el agua.

Así que me puse el despertador a las 7h y salí cuando todavía no había nadie fuera.

Me metí en el agua con miedo, me habían hablado mucho de los mini tiburones, de los súper peces… todo y que no cubría más de un palmo. Aún así no tardé ni 5 minutos en ver una super aleta sobresaliendo que me hizo pegar un sobresalto.

No sabía qué era, solo que era muuuy grande, aún así quería acercarme más y verlo de más cerca.

Solo hasta donde el miedo me dejó.

Después del baño matutino, fuimos a desayunar copiosamente (yo al menos) porque a las 10h nos esperaban en el centro de submarinismo ProDivers.

Nos enseñaron el centro, nos explicaron las zonas dónde hacer submarinismo en el atolón, el tipo de fauna marina, servicios que ofrecen… y a las 11h llegó el momento de hacer snorkel.

He hecho snorkel desde que tengo uso de razón, por lo que en principio no es algo que de por sí pueda parecer excitante pero claro ¡son las Maldivas!

De pronto se me pasó el miedo por los tiburones, fue acercarme al agua, verla tan azul, ver tantos peces sin ni tan siquiera meterme… que los dejé atrás y me metí sola con ansia viva.

¡Qué peces!

Creía que en Indonesia había visto peces enormes y muy coloridos pero vaya, ¡esto era alucinante!

Desde luego nada similar, así que mi reacción fue como si fuera la primera vez que los veía. Es muy difícil describir que se siente al ver peces tan grandes y bonitos, pero es una felicidad extrema, quedas hipnotizada y no puedes dejar de seguirlos con la vista.

Y eso a tan solo unos metros de la recepción del resort, en el arrecife, y sin necesidad de hacer inmersión.

El colofón final fue la tortuga enoooorme que vimos, uau, debía ser muy mayor porque su tamaño era prácticamente de 2 metros.

Lo sé lo sé, todo bajo el agua es más grande, pero en serio, era muy muy grande.

Después del baño, fuimos a la piscina a tomarnos un coctel, realmente el snorkel había sido intenso y agotador, ¡y hacía un calor increíble!

Así que el strawberry coconut pasó de mil maravillas, pediroslo si venís a este resort.

Después de comer quedamos con Nicole, para que nos hiciera un recorrido por los diferentes tipos de villas que tienen en el resort.

Nosotras estamos en una beach villa que como el nombre dice, está en primera línea de playa y están muy chulas.

También tienen garden villas, private villas con piscina incluida y las water villas que para que engañarte, era lo que más deseábamos ver.

Se encuentran en una zona exclusiva de la isla con sus propios servicios, piscina, restaurante y playa claro.

Nos parecieron preciosas pero la verdad, en nuestra beach villa estábamos genial así que por ahora, no la cambiábamos.

Fue una tarde larga e intensa, muchas fotos, paseos, largas conversaciones… y luego hay gente que dice que aquí uno puede aburrirse ¿cómo?

Quizás en otras islas sí, pero en Kuredu ya puedo asegurarte que no.

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